Una trampa del tiempo

Hoy fue una tarde lluviosa aquí en la capital, el día estuvo opaco, nublado, me embargo la nostalgia y me recordó mi ciudad natal y mi hogar. La casa donde crecí esta situada justamente en medio de 2 barriadas populares, es grande y tiene un balcón como de 3 metros y medio de largo desde donde se puede ver la llegada de los visitantes a San Cristóbal desde Capacho o Cúcuta, también hay una ventana con un marco de aluminio y vidrios "polarizados" que casi siempre se encuentra abierta, cerca de las 8 de la mañana el sol comienza a ser intenso y se torna imposible estar allí por mas de 5 minutos, la casa es de 2 pisos, el primero tiene un portón ancho que desde que tengo uso de razón ha sido azul y al lado una cuadrada y pesada ventana de acero, adentro, tenia una ancha cortina que en las madrugadas ondeaba de forma aterradora y más de una vez producto del efecto de la luz, las sombras y el viento, veía una persona que apostada desde afuera, miraba fijamente hacia adentro como queriendo espantarme.

Recuerdo que mis obligaciones estudiantiles comenzaban desde muy temprano, antes de irnos para la escuela y ya uniformados, mi hermano y Yo jugábamos baloncesto, pero nuestro balón no era mas que una pelota de goma del tamaño de una de tenis, suficiente para "encesterla" en el dintel de la ventana que funcionaba como el aro aunque rectangular, las reglas eran las mismas, la mayor de las emociones era cuando lográbamos hacer un tiro acertado de distancia o cuando alguno lograba hacer un emocionante clavada, así fue como nació mi gusto por ese deporte. Ya camino a clases, una vez llegábamos, rezar el padre nuestro y cantar el himno nacional en formación en la cancha de futbolito era el preámbulo de lo que seria una larga jornada, puntualmente interrumpida por la hora de comedor y la llegada de los cartoncitos de leche, otras veces las marchas, huelgas y protestas de los liceistas cercanos alertaba a los profesores para enviarnos a casa, en alguna oportunidad las bombas lacrimógenas llegaron hasta las aulas y la desesperación se impuso tanto en docentes como en nosotros.

Los domingos eran días muy especiales, bien temprano eran muy fríos, a veces lluviosos, como a eso de las 9 de la mañana siempre mi mamá tenia listo el café y el chocolate o agua-panela caliente, las arepas en el budare listas para todos los comenzales y casi sin falta la tradicional pizca andina, todos los televisores estaban ya ocupados y compartíamos aunque no nos gustara la misma programación, cuando el día era soleado y bien entrada la mañana salíamos camino al río, a la modesta finca de mi Tía Nuvia o de visita donde algún amigo de la familia y regresabamos bien entrada la noche para prepararnos para el siguiente día.

Así fueron aquellos días felices, ahora mi casa me mira desde San Cristóbal y a veces la nostalgia me reclama regresar, originalmente quería escribir sobre mi hermano pero sin querer pisé una trampa del tiempo y cuando quise volver era ya demasiado tarde.

Viceversa

¿Recuerdas cuando eran verdes?, ¿te olvidabas de esos amargos momentos cuando llegaban los buenos tiempos y creías que tu vida iba ser completamente diferente y siempre va ir por la senda de tu control absoluto?, así pensaba Yo, pero sorpresivamente se te puede ir de las manos, Yo he tomado malas decisiones en la vida como cualquier ser humano, pero no quiero escribir de los problemas que me agobian, mas bien quiero escribir de quienes me ayudan a bajar la tensión emocional de esos problemas, tal como el refrigerante ayuda a un motor de un carro a mantener la temperatura adecuada, "mis panas" como los llamamos en Venezuela, me ayudan a mantener mis cinco sentidos en el margen de la cordura sin tener que recurrir desesperadamente a los calmantes anti-estres, ya habrán escuchado que los amigos se conocen en los momentos difíciles y nada mas lejos de la verdad.

No busquen sus nombres aquí y si fueron victimas de mi morboso reto de haberlos llevado a la linea final de la intolerancia sin retorno pues ahora saben porque están allí, he aprendido que los problemas son un circulo vicioso que por mas que intentes evitarlos siempre llegan inesperadamente a contagiarte de amargura e infelicidad, es por eso que cuando fui consciente de estar al borde del precipicio acabe asumiendo mi propia incapacidad para superarlo, siempre he ostentado tener la capacidad de ser auto-suficiente e independiente pero nunca de tener excelente amigos, gracias a todos ellos por permitirme recargar mi mente y ojala nunca lleguen a necesitar de mi, pero estaría encantado de devolverles el favor, en viceversa.

Cuando escribí este articulo se me vino inevitablemente el recuerdo de mi hermano, así que mi próxima entrada en este blog será precisamente para escribir de él y el valioso legado que me ha dejado.

Manual de Usuario

No estoy seguro si debo continuar escribiendo en el blog, pero estoy buscando pensar en hacer algo para no aburrirme o dejarlo caer en desuso, hasta ahora lo he utilizado para plasmar alguna que otra frase ocurrente o de placer sentimental, cabe la posibilidad de adquirir un teléfono más inteligente y utilizar mi tiempo perdido en el tráfico capitalino para expresar mi amargura o convertirlo en un tiempo valioso para drenar mis ideas, no sé que tanto quiero que sepan de mi o que tanto deba decir, tratare de desarrollar alguna idea empezando por la clásica pregunta de las entrevistas:
¿cómo me defino?, lejos de ser egolatra diría que soy apático y solitario, con pocos amigos y por muchas razones pero aprecio la buena compañía de las personas con intenciones claras y que aprecien el valor de la amistad, algo irrevocable para aquellos que no se lo toman en serio ya que les cuesta mi inminente rechazo, por otro lado tengo la carga de una vida autónoma la cual deja espacio para la desconfianza, no me considero totalmente preparado ante las adversidades pero si muy optimista de superarlas, soy orgullosamente gocho pero no toche, aunque tengo mis momentos dignos de otro blog, en una lista de "cosas por hacer" quizás colocaría intentar ser menos espontaneo y más preocupado,

Mis amigos me llaman de muchas formas y cada vez se ponen mas creativos, desde que mi nombre me acompaña creo haber sido blanco de numerosos sobre-nombres, pero no les voy a contar de ello porque me avergonzaría, en fin, creo que el patrón de uso son los siguientes:
Familia y muy viejos amigos: Wilmer
Viejos Amigos: Wil y kaoka.
Otras personas: Jaramillo. Aunque nunca lo menciono me resulta incomodo que me llamen por el apellido no porque no me guste sino por lo informal.

Parece no haber sido tan difícil escribir un poco acerca de mi, debo decir que es satisfactorio contar con gente que nutre y que no tema encarar porque te permite oxigenar el sentido del respeto y desarrollar una interesante amistad, creo que es ese tipo de personas que leeran mi blog, por ejemplo, una vez Jimmy Nimo en aquel entonces compañero de trabajo me dice que mis emociones eran "explosivas", Yo hasta ese momento creí ser únicamente amargado, ¿pero "explosivo"?,WTF?, quiso decirme que cambio de humor con mucha facilidad y con la velocidad de un rayo, les admito que no he dejado de serlo totalmente y tampoco he dejado de pensar en ello, lo interesante es que su comentario fue frontal y acertado, hasta hoy sigo sacando conclusiones de como me ha afectado.

Bueno aquí termina mi manual de usuario y el titulo de la portada es clara: Soy un tipo normal, es un titulo un poco anticipado porque ya veremos que cosas seré o no capaz de escribir.

¿Conocen un buen final?, menos mal porque este no lo es.